Los Navarro
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martes, 1 de junio de 2010
¿Dios aprueba el divorcio?
Dios no aprueba el divorcio, “excepto en caso de infidelidad conyugal”. El matrimonio es sólido por naturaleza y por positiva institución de Dios. La Biblia dice en Malaquías 2:16: “Yo aborrezco el divorcio –dice el SEÑOR Dios de Israel”. De acuerdo con la Biblia, el plan de Dios es que el matrimonio sea un compromiso para la eternidad. “Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mateo 19:6 NVI). Sin embargo, Dios comprende que el divorcio va a ocurrir, debido a que un matrimonio involucra a dos seres humanos pecadores. En el Antiguo Testamento Dios estableció algunas leyes, a fin de proteger los derechos de los divorciados, especialmente de las mujeres (Deuteronomio 24:1-4). Jesús señaló que aquellas leyes fueron dadas a causa de la dureza de los corazones de la gente, más no porque fueran el deseo de Dios (Mateo 19:8).
"Se dijo: Quien repudie a su mujer que le dé acta de divorcio". Pero YO les digo que quien repudia a SU MUJER, salvo en caso de concubinato, la induce al ADULTERIO, y quien se case con una divorciada comete ADULTERIO".
"Se dijo: Quien repudie a su mujer que le dé acta de divorcio". Pero YO les digo que quien repudia a SU MUJER, salvo en caso de concubinato, la induce al ADULTERIO, y quien se case con una divorciada comete ADULTERIO".
Que enseña Jesucristo cuando dice: pero sea vuestro hablar si si o no no
Jesús nos enseña con su ejemplo a decir la verdad, aunque esto le costara muchos sufrimientos y la muerte. A veces, decir la verdad cuesta y exige esfuerzo; pero hay que ser valientes para decirla siempre y no mentir.
Jesús dijo en una ocasión: "Sea vuestro modo de hablar: sí, sí, o no, no. Lo que excede de esto, viene del Maligno" (Mateo 5,37). Es un buen lema que nos ayudará a ser sinceros y leales con Dios, con nosotros mismos y con los demás, porque igual que una colilla de cigarro, algo así de pequeño puede destruir el Avila, así la mentira puede destruir cosas grandes, como la amistad de un amigo o la confianza de los padres. Si se miente a los amigos o a los padres, se acaba perdiendo su amistad y su confianza, después, aunque el mentiroso diga la verdad, ya no se le cree. Para vivir en sociedad es indispensable ser sinceros y decir la verdad. Para ello hemos de esforzarnos en la sinceridad con nosotros mismos, sin ocultarnos la verdad. Aun cuando nunca se debe mentir, en ocasiones se debe callar para guardar un secreto o para no perjudicar a otra persona.
Jesús dijo en una ocasión: "Sea vuestro modo de hablar: sí, sí, o no, no. Lo que excede de esto, viene del Maligno" (Mateo 5,37). Es un buen lema que nos ayudará a ser sinceros y leales con Dios, con nosotros mismos y con los demás, porque igual que una colilla de cigarro, algo así de pequeño puede destruir el Avila, así la mentira puede destruir cosas grandes, como la amistad de un amigo o la confianza de los padres. Si se miente a los amigos o a los padres, se acaba perdiendo su amistad y su confianza, después, aunque el mentiroso diga la verdad, ya no se le cree. Para vivir en sociedad es indispensable ser sinceros y decir la verdad. Para ello hemos de esforzarnos en la sinceridad con nosotros mismos, sin ocultarnos la verdad. Aun cuando nunca se debe mentir, en ocasiones se debe callar para guardar un secreto o para no perjudicar a otra persona.
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